Algunas noticias del 2018 nos han dado un recordatorio estremecedor de porqué cumplir con las normas de infraestructura para el sector salud:
Para el pesar y protección de los pacientes, la Clínica Jorge Piñeros Corpas fue cerrada dos veces en el año. La primera vez, la noticia se relacionó con que tres de los cuatro ascensores de la institución estaban fuera de servicio, obligando al personal a mover a pacientes, incluso postoperatorios, a través de las escaleras. (Para leer la noticia completa haz click aquí)
Otro lamentable caso es el cierre de once servicios, algunos de ellos críticos, de la Clínica Materno Infantil de Bogotá por la muerte de un neonato, ocasionado por el sobrecalentamiento excesivo de una incubadora en la unidad de cuidados neonatales de la institución. (Para leer la noticia completa haz click aquí)
Estos escenarios lamentables, seguramente entre muchos otros que no salen en las noticias, se interponen a nuestro objetivo de poner la ingeniería eléctrica al servicio de mejorar y garantizar la vida humana.
Afortunadamente no todos son malas noticias, muchas otras instituciones dieron un paso adelante para fortalecer la seguridad de sus pacientes desde la perspectiva eléctrica.
Entre ellas este año tuvimos el privilegio de acompañar a instituciones como la Fundación Santa Fe de Bogotá, Clínica Partenón, Odontología de Marlon Becerra entre otras en sus planes de mejora de la seguridad eléctrica de los pacientes.
Con ello terminamos el año motivados a tener un mejor 2019, en el que nuestros seres queridos estarán seguros eléctricamente cuando acudan a cualquiera de los Centros de Salud de Colombia.