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El rol de la electricidad en la atención humanizada del paciente

Cuando se habla de la mejora de los procesos de atención y cuidado de la salud, es indiscutible la orientación de los esfuerzos hacia establecer una relación más humana con el paciente, desde el punto de vista humano y de infraestructura, en medio del reconocimiento de los grandes efectos de las emociones positivas en su proceso de sanación.

En materia de calidad y atención humana del paciente, incluso en la iniciativa gubernamental del Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia, la sensibilidad asociada a una atención más humana empieza con el reconocimiento del estado físico y emocional en el que se encuentran los pacientes, sus familiares y el personal médico y administrativo, en el transcurso de las operaciones normales de las clínicas y demás entidades prestadoras del servicio de salud. Sobre todo, con el desarrollo de una actitud empática, que permita crear un ambiente favorable para la recuperación efectiva de los pacientes, la tranquilidad de sus familiares y la eficiencia y bienestar del personal.

El trato humano del paciente no puede desligarse de su entorno, siendo este un factor clave en la búsqueda de los medios para reducir el estrés en el ambiente y sentar las condiciones de una práctica conocida como diseño de espacios sanadores (en inglés, Healing enivironment design), es por ello que en este artículo exponemos dos factores fundamentales de la participación de las instalaciones eléctricas en el diseño de estos espacios: seguridad y comodidad del paciente.

Seguridad del paciente:

En el diseño de ambientes sanadores, el diseño eléctrico hospitalario debe ir más allá de las medidas de seguridad establecidas en reglamentos y normas técnicas del área, por lo que debe adaptarse a la dinámica propia de los procedimientos a realizarse en la clínica, a fin de conocer el factor humano asociado con la actividad.

Es por eso que EnergyMed, al momento de diseñar las instalaciones eléctricas del espacio, se busca establecer una comunicación sólida con el equipo médico, a fin de poner toda nuestra experiencia y conocimiento especializado en instalaciones eléctricas hospitalarias en la realización de un diseño eléctrico de espacios, que vaya más allá del funcionamiento seguro de los equipos médicos a conectar, y la iluminación adecuada para la realización de los procedimientos, sino también para reducir al máximo las causas de posible estrés  asociados con el funcionamiento de las áreas.

¿Cómo lo hacemos? Haciendo un análisis humano multifactorial, que permita tomar todas las consideraciones necesarias para brindar la seguridad a pacientes, familiares, personal médico y administrativo de la clínica.

Como ejemplo de esto, imagine el escenario en que ocurre una falla del sistema de energía de emergencia durante una cirugía. Tomando como base un diseño eléctrico acorde a la norma, en el que el pabellón quirúrgico quede energizado gracias a un UPS, el médico que realiza la intervención empezará a trabajar bajo la presión de que no sabe de cuánto tiempo dispone para terminar la cirugía, por lo que su atención en la práctica del procedimiento puede verse afectada por un factor eléctrico fácilmente evitable.

Por otra parte, imagínese la angustia de los familiares que esperan a las afueras del quirófano por las noticias de la intervención, pensando en si esa falla pudiese tener afectación grave o fatal en la recuperación de su familiar.

Por último, confiando en las capacidades del médico especialista, suponga que el paciente sufre una complicación en el proceso de recuperación de la cirugía, ¿pensarán los familiares que fue a razón de un posible error durante la cirugía a causa de la falla?. Siendo esta una posibilidad real, ¿transmitirán esa angustia al paciente?. Si la respuesta a estas interrogantes resulta afirmativa, empieza a ser verdaderamente probable que una falla de índole eléctrico pueda afectar, a través del stress de la situación, la recuperación del paciente.

Es bajo la lupa de ejercicios como este, que es importante prestar atención al rol de la electricidad en la atención humanizada del paciente, realizando de forma programada actividades como las siguientes en pro de la disminución del stress asociado a fallas eléctricas:

  • Eliminar todas las fuentes de riesgo eléctrico.
  • Capacitar a todo el personal médico y administrativo entorno a qué hacer en caso de falla.
  • Hacer revisiones continuas de las instalaciones, a fin de tomar las acciones preventivas y correctivas necesarias para incrementar lo máximo posible la confiabilidad en el sistema.

Comodidad:

Contar con un entorno que facilite los procesos de sanación y cuidado del paciente, representa otro factor en el rol de la electricidad en su atención humanizada. De modo que la disponibilidad de salidas eléctricas y una iluminación adecuada es fundamental en esa percepción de comodidad.

Entre los factores importantes a considerar entorno a la comodidad, en lo que se refiere al diseño y ejecución de instalaciones eléctricas hospitalarias están:

  • Disposición de salidas eléctricas seguras al alcance de todas las posturas posibles del paciente, a fin de garantizar su movilidad y comodidad sin comprometer el uso de los equipos médicos necesarios para su tratamiento.
  • Diseño de iluminación acorde a los procedimientos y actividades del área, a fin de garantizar las condiciones de seguridad en el trabajo del personal médico sin producir incomodar al paciente.
  • Señalización del tipo de uso de las salidas eléctricas, a fin de reservar las salidas eléctricas de uso médico para tal fin, y evitar que en caso de una emergencia del paciente no haya disponibilidad para la conexión de los equipos médicos necesarios.

La humanización de la atención al paciente, que en relación al diseño de infraestructura tiene un fuerte vínculo con la construcción de ambientes sanadores, es sin duda un proceso complejo que implica la participación comprometida de todos los actores asociados al cuidado de la salud. Al final, se trata de orientar todo el sistema a mantener y garantizar la vida humana.

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¿Ya cuenta con un plan de manejo de fallas?

Un plan de preparación ante desastres es crucial para los Centros de Salud, ya que el cuidado de los seres humanos en estado de salud vulnerable, obliga a tomar todas las precauciones necesarias en materia energética para evitar que una falla eléctrica pueda impedir que se le brinde el tratamiento correcto.

El objetivo es un sistema eléctrico sin interrupciones, y para ello la administración de los recursos físicos de la clínica debe evaluar y mitigar los riesgos de la infraestructura del sistema eléctrico que soporta los procesos críticos del Centro de Salud.

Es por eso que en EnergyMed presentamos en este artículo los elementos a considerar en el diseño e implementación de un plan estratégico de manejo de falla, con el objetivo de garantizar el correcto funcionamiento de la infraestructura del sistema eléctrico de seguridad y soporte de la vida.

Primera parte: Clasificación de tipos de fallas

Para diseñar un plan estratégico de manejo de fallas, primero es importante reconocer cuales son los tipos de fallas que ponen en riesgo la continuidad del suministro eléctrico en una clínica. Cada tipo de falla requiere de medidas preventivas específicas, estas se agrupan en tres grandes grupos:

  1. Fallas de diseño:

Para prevenir este tipo de falla, es necesario ejecutar un proceso de diseño siempre con el fin en mente: la seguridad del paciente. Por eso es necesario:

  • Seleccionar una empresa de ingeniería con experiencia en su aplicación específica.
  • Verificar el cumplimiento de los criterios establecidos en las normas nacionales e internacionales.
  • Ser un miembro activo en el diseño, tal y como lo reseñamos en nuestro artículo:
  • Hacer une revisión minuciosa del uso correcto de cada uno de los equipos incluidos en el diseño.
  • Revisar que el diseño se ejecute de manera segura y práctica las actividades normales y extraordinarias de cada área. Por ejemplo: Para el diseño de un área quirúrgica, discutir con el Director Médico o Científico cuáles son los procedimientos rutinarios y extraordinarios que se podrían ejecutar en el área, a fin considerar en el diseño las condiciones necesarias para garantizar la seguridad del paciente y la comodidad del personal médico en el desarrollo de cada actividad.
  1. Fallas catastróficas:

Para prevenir este tipo de fallas es imprescindible:

  • Desarrollar un programa de mantenimiento integral que incluya un análisis predictivo de fallas de cada elemento del sistema: cómo el sistema debe funcionar y que puede pasar si un equipo o instalación no funciona.
  • Hacer un listado de las causas potenciales de falla del sistema eléctrico normal, el sistema eléctrico de seguridad de la vida y el sistema eléctrico de soporte de la vida, sus consecuencias y el procedimiento para prevenir fallas de cada uno de los sistemas.
  • Implementar un programa de “Lecciones Aprendidas”, para prevenir que una falla pasada vuelva a repetirse.
  1. Fallas de origen humano:

Para prevenir fallas por origen del factor humano es fundamental:

  • Diseñar y documentar procedimientos de inspección y mantenimiento, que establezcan una guía y una lista de verificación que eviten dejar “cabos sueltos”.
  • Desarrollar frecuentemente programas de capacitación del personal interno y proveedores, a fin de reducir al mínimo el riesgo de error humano.

Segunda parte: Etapas del plan de prevención y objetivos de cada etapa.

Lo segundo a considerar es que el diseño de este plan, hecho para recuperarse de la ocurrencia de una falla de cualquiera de los tres tipos, representa la ejecución de cuatro actividades principales:

  1. Prevención: Es el conjunto de actividades diseñadas y ejecutadas con la finalidad de:
    1. Prever la falla.
    2. Disminuir las probabilidades de que ocurra una falla.
    3. Reducir los efectos de una falla.
  2. Detección y clasificación de la falla: es el conjunto de procedimientos desarrollados para:
    1. Identificar la falla.
    2. Clasificar la falla.
    3. Determinar la severidad de la falla.
    4. Definir las consecuencias de la falla.
  3. Respuesta y mitigación: es el conjunto de actividades desarrolladas para:
    1. Salvar vidas humanas.
    2. Prevenir un daño o falla mayor.
    3. Reducir los efectos de la falla.
  4. Recuperación: Es el conjunto de procedimientos diseñados para devolver el sistema a un estado normal de operación o a una situación de mayor seguridad una vez ocurre la falla.

Tercera parte: Pruebe su plan estratégico de manejo de fallas.

Por último, una vez que se ha desarrollado el plan, este debe ser sometido a pruebas rigurosas.

  1. Simulación: El proceso de prueba en sí debe ser adecuadamente planificado y realizarse en un ambiente y condiciones que simulen de manera realista las condiciones auténticas en las que una falla puede ocurrir, así como incluir la participación de las personas que deben realizar las actividades planificadas en caso de emergencia.
  2. Revisión de resultados: Una vez implementado el plan, es necesario revisar y evaluar periódicamente el plan, los indicadores diseñadas para medir la exposición al riesgo, los procedimientos a seguir y por último el informe de los incidentes reales para medir la efectividad del plan.

La ejecución de estos planes es una excelente práctica de administración de los recursos físicos de los Centros de Salud, ya que permiten ahorrar tiempo, dinero y sobretodo cuidar de la vida de los pacientes.

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¿Su piso quirúrgico es eléctricamente seguro?

La realización de una intervención quirúrgica en una sala de cirugía implica el uso de gases inflamables como anestésico del paciente al cual se le va a realizar la intervención.

El uso de estos gases hace de estos espacios un lugar de clasificación especial en materia de protección contra incendios, ya que se suman a los factores de riesgo del paciente y el personal médico no sólo los accidentes eléctricos convencionales, sino la probabilidad de ocurrencia de un incendio.

También es importante recordar que un quirófano es un espacio necesariamente aséptico, por lo que todas las personas que ingresan al área tienen ropa y zapatos especiales para evitar el ingreso de bacterias y demás agentes de infección al área.

Estos factores nos llevan a citar el principio eléctrico más básico: la electricidad estática.

La “electricidad estática se refiere a la acumulación de un exceso de carga eléctrica en una zona con poca conductividad eléctrica, un aislante, de manera que la acumulación de carga persiste. Los efectos de la electricidad estática son familiares para la mayoría de las personas porque pueden ver, notar e incluso llegar a sentir las chispas de las descargas que se producen cuando el exceso de carga del objeto cargado se pone cerca de un buen conductor eléctrico (como un conductor conectado a una toma de tierra) u otro objeto con un exceso de carga pero con la polaridad opuesta.” (Tomado de Wikipedia https://es.wikipedia.org/wiki/Electricidad_est%C3%A1tica).

Es por esta razón que para evitar la acumulación de estas cargas y la “chispa” que esta genera que se usan los llamados “pisos antiestáticos” o pisos conductivos en las salas de cirugía: es indispensable la eliminación de la electricidad estática, y su consecuente chispa, en un espacio altamente cargado con gases inflamables.

Estos pisos antiestáticos permiten una conducción rápida y segura hacia tierra de cargas eléctricas estáticas ocasionadas por el rozamiento durante el tránsito de personas en áreas críticas.

Su exigencia y regulación esta de primera mano en manos del Reglamento Técnico de Instalaciones Eléctricas RETIE, que en su artículo 28.3.2 Instalaciones en instituciones de asistencia médica expone:

“Con el fin de prevenir que la electricidad estática produzca chispas que generen explosión, en las áreas médicas donde se utilicen anestésicos inflamables, en las cámaras hiperbáricas o donde aplique, debe instalarse un piso conductivo. Los equipos eléctricos no podrán fijarse a menos de 1,53 m sobre el piso terminado (a no ser que sean a prueba de explosión) y el personal médico debe usar calzado conductivo.

Igualmente se debe instalar piso conductivo en los lugares donde se almacenen anestésicos inflamables o desinfectantes inflamables. En estos lugares, todo equipo eléctrico a usarse a cualquier altura debe ser a prueba de explosión.

Para eliminar la electricidad estática en los centros de atención médica, debe cumplirse lo siguiente:

  • Mantener un potencial eléctrico constante en el piso de los quirófanos y adyacentes por medio de pisos conductivos.
  • El personal médico que usa el quirófano debe llevar calzado conductivo.
  • El equipo a usarse en ambientes con anestésicos inflamables debe tener las carcasas y ruedas de material conductor.
  • Los camisones de los pacientes deben ser de material antiestático”

De cara a esta exigencia, ¿cómo sabe si el piso conductivo de sus áreas quirúrgicas es eléctricamente seguro?

La manera de comprobar su piso conductivo es a través de un estudio técnico especializado, que en EnergyMed realizamos en el marco de nuestros servicios Diagnóstico, el cual llamamos “Certificación de piso conductivo” y que emplea un Megóhmetro con unos electrodos especiales para validar el verdadero valor conductivo del piso hacia el sistema de puesta a tierra.

Es importante que tenga en cuenta la naturaleza y estado del piso de sus áreas quirúrgicas, dentro del proceso de obtención del Certificado RETIE de las instalaciones eléctricas hospitalarias, no sólo por el requisito legal sino por el cumplimiento de las condiciones de seguridad de los pacientes y su personal médico-administrativo.

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Problemas comunes de suministro eléctrico en Centros de Salud

En un entorno hospitalario la vida humana depende de la energía eléctrica. Idealmente, las instalaciones eléctricas hospitalarias deben ser diseñadas y construidas de forma redundante para incrementar su fiabilidad y alta disponibilidad. Sin embargo, durante muchos proyectos de ingeniería clínica este principio no se cumple, en el marco de diseñar bajo criterios financieros más que técnicos.

A partir de la evaluación de la calidad del servicio eléctrico prestado por el operador de red, a fin de dimensionar Sistemas de Potencia Ininterrumpida (UPS) así como supresores de picos que permitan proteger los equipos de alta tecnología de los que se disponen en las clínicas, es necesario adoptar un enfoque de gestión de riesgos que asegure que el sistema de energía de emergencia y las protecciones eléctricas operen cuando sea necesario. Esta es sin duda la forma más eficaz de mantener la calidad de la energía que requieren los centros de salud.

Más allá del diseño y mantenimiento operativo del sistema eléctrico, los gerentes de las instalaciones hospitalarias deben estar familiarizados con los problemas de suministro eléctrico más comunes que se pueden presentar, ya que su conocimiento y decisiones en momentos críticos puede salvar la vida de las personas conectadas a los circuitos de seguridad y soporte de la vida.

Los cinco tipos de problemas de energía más comunes en las instituciones del cuidado de la salud son:

Interrupciones: las interrupciones se producen cuando el suministro de la energía eléctrica se apaga y los generadores de emergencia se activan para suministrar la energía de la clínica. El tiempo de respuesta máximo de transición entre las fuentes de energía debe ser de máximo de 10 segundos acorde a lo establecido en la NFPA 99 Health Care Facilities.

Caídas de tensión y sobretensión sostenida: caídas de tensión se producen cuando el nivel de tensión eléctrica, también conocido como voltaje,  cae por debajo o por encima del rango especificado. El síntoma más común de este tipo de problema es el daño de motores en el caso de las caídas de tensión, debido a la sobrecorriente a las que las máquinas electromagnéticas se someten en este caso.

Los transitorios de tensión: Estos aumentos de periodo corto en tensión – comúnmente conocida como los picos de tensión – pueden dañar los componentes electrónicos dentro de equipos médicos y los servidores de datos, debido a que se superan los valores tolerables de voltaje entre sus pistas y se produce un arco eléctrico que comúnmente “las quema”.

Ruido: el ruido eléctrico consta de las fluctuaciones pequeñas de potencia, de forma rápida y repetitiva, que causan un flujo inconsistente de una onda sinusoidal de energía al equipo.

Los armónicos: Los armónicos son tensiones o corrientes en las frecuencias que son un múltiplo de la frecuencia fundamental. En la mayoría de los sistemas, la frecuencia fundamental es de 60 Hz. Los armónicos pueden causar una sobrecarga en los conductores y transformadores y sobrecalentamiento de los motores, lo cual puede resultar en un incendio.

Ninguno de estos problemas pueden causar caos en el sistema eléctrico de un centro salud, sin embargo los sistemas de energía de emergencia deben estar diseñados de manera que operen para respaldar las cargas del centro de salud si es posible mientras este se corrige.

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Estándar de seguridad eléctrica de equipos médicos

El diseño de equipos médicos debe reunir con un complejo listado de requisitos que dan como resultado un largo y costoso proceso. Esto se debe a que los equipos médicos están sujetos a múltiples regulaciones para lograr un nivel de seguridad sin comparación en el universo de los equipos eléctricos.

Las razones principales por lo que esto es así, es porque estos equipos pueden ser usados en pacientes que no están en condición de responder correctamente a condiciones peligrosas e incluso al dolor, hay altas probabilidades de que ocurra una conexión eléctrica entre el paciente y el equipo y ciertos tipos de equipos médico cumplen una función de soporte de la vida, donde una falla puede resultar en la muerte del paciente.

Aunque los ingenieros biomédicos invierten años de estudios en el la materia del diseño de equipos médicos, usualmente no conocen acerca de los requisitos de certificación y regulación que los equipos deben cumplir para dar garantía de seguridad eléctrica. Es por ello que en EnergyMed presentamos a continuación un resumen de los estándares internacionales que los equipos médicos deben cumplir dentro del marco de la seguridad eléctrica del paciente:

Certificación UL: La certificación emitida por Underwriters Laboratories Inc. (UL) es la mayor certificación de seguridad eléctrica que se emite en Norte América, Estados Unidos y Canadá. Los fabricantes de equipos médicos que someten a pruebas sus equipos ante la certificación UL y la obtienen, están habilitados para la comercialización de sus equipos acorde a lo exigido por la Food and Drugs Administratios (FDA) en los Estados Unidos.

Certificación CE: Esta es la certificación de seguridad necesaria para la comercialización y uso seguro de equipos médicos en Europa, que debe cumplir con los requisitos de la Directiva de Equipos Médicos, siendo esta la organización que rige legalmente los requisitos de seguridad que los equipos deben cumplir. En este caso la certificación CE se puede obtener a través de varios laboratorios independiente que realizan los ensayos correspondientes en materia de seguridad eléctrica.

Ahora, sabiendo cuáles son las certificaciones de seguridad que regulan los equipos médicos: ¿Cuáles son los estándares internacionales que los equipos deben cumplir?

Los estándares de seguridad no son más que documentos que definen los requisitos constructivos y de funcionamiento mínimos que los equipos médicos deben cumplir. Un listado practico de las normativas que los equipos médicos, o equipos eléctricos asociados al ejercicio del cuidado de la salud son:

  • UL 2601-1 Equipos electromédicos
  • UL 61010 Equipos eléctricos para laboratorios.

Underwriters Laboratories publicó su norma UL 2601-1 en 1994, con la intención de eliminarla gradualmente en 10 años. La UL 2601-1 fue renombrada entonces como IEC 601-1 (Renombrado IEC 60601-1) norma armonizada.

La serie IEC 60601 de los estándares internacionales se refiere a la seguridad y el rendimiento de equipos médicos eléctricos y sistemas, y sirve como base para la regulación de dispositivos médicos en la mayoría de las jurisdicciones de todo el mundo. La serie consta de una norma general (IEC 60601-1), aproximadamente 10 normas colaterales (numeradas IEC 60601-1-xx) y cerca de 60 normas particulares (IEC 60601-2 numerada-xx e IEC / ISO 80601-2-xx).

La primera edición de la norma IEC 60601-1 fue publicada originalmente en 1977. Los requisitos técnicos eran en gran medida tomados de la  Norma Nacional Alemana 0750: «Equipo eléctrico médico» y su sucesor, la norma europea EN 60601-1, «Equipos electromédicos-Parte 1: Requisitos generales para la seguridad”.

Una segunda edición de la norma IEC 60601-1 fue publicada una década después, en 1988. A lo largo de la década de 1990, sin embargo fueron incorporadas nuevas tecnologías, tanto de software como de dispositivos electrónicos, en equipos médicos.

Estos avances pusieron sobre la mesa la necesidad renovar profundamente la norma IEC 60601-1, de manera que la norma no solo estableciera nuevos requisitos técnicos sino que también estableciera un soporte documental para la evaluación de las características de los productos.

Finalmente, la edición 3.0 de la IEC 60601-1 Edición 3.0, publicada en 2005 añade una serie de requisitos de productos asociados a la seguridad eléctrica, mecánica, térmica y contra incendios en los equipos médicos.

Lo más importante de esta tercera edición, es la incorporación de un enfoque más integral de la seguridad, mediante la introducción de nuevos requisitos relacionados con la seguridad funcional de un dispositivo médico.

En lo que respecta al futuro, los fabricantes de equipos médicos se verán en la necesidad de aplicar principios gerenciales de manejo de riesgos a sus procesos de evaluación de sus productos, consistentes con la norma ISO 14971, Equipos Médicos – Aplicación de manejo de riesgos a equipos médicos, para identificar y evaluar los riesgos potenciales.

Durante la deliberación y votación proceso para la norma IEC 60601-1 Edición 3.0, varios miembros del grupo responsable de la revisión,  plantearon preocupaciones  respecto a determinadas disposiciones en la revisión que se diferirá durante consideración en el futuro. Entonces, después de la liberación de la norma revisada final en 2005, el CEI según los informes, comenzó a recibir comentarios de los fabricantes y los organismos de certificación, detallando una serie desafíos especificar en el diseño y comprobación de los dispositivos médicos. El tiempo pautado para dar solución a estas preocupaciones fue de 4 años, saliendo así al aire la versión 3.1 de la IEC 60601-1 en el año 2012.

Actualmente, la versión 3.1 de la ICE 60601-1 representa una variación significativa respecto a la versión 3.0, ya que en esta nueva versión es aclarado el principio bajo el cual se debe hacer la evaluación de la gestión de riesgo, la modificación de la norma incluye nuevos requisitos en cuanto a rendimiento esencial, evaluaciones de ingeniería obligatorias, y requiere la adopción de un proceso de desarrollo de software. La versión 3.1 también incluye especificaciones técnicas en cuanto a los riesgos mecánicos y eléctricos así como de etiquetado de equipos y documentación en general.

Según lo establecido por la FDA, la transición para la certificación de los equipos médicos según esta nueva actualización debe terminar en agosto de 2016, y las empresas manufactureras de equipos médicos deben iniciar esfuerzos por obtener esta nueva certificación para presentar a los Centros de Salud un equipo no solo funcional, si no también seguro para los pacientes y el personal médico-administrativo.

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