Cada año en EnergyMed inspeccionamos decenas de instalaciones eléctricas hospitalarias. El objetivo: obtener el certificado RETIE solicitado por la secretaría de salud.
Desafortunadamente, la evidencia nos ha mostrado que una minoría de esas instalaciones es certificable tras pequeñas adecuaciones, mientras que el resto debe realizar costosas y complejas modificaciones para poder certificarse.
La pregunta que nos hacemos siempre es ¿por qué están tan lejos de cumplir la norma?
Algunas respuestas que hemos obtenido a esa pregunta son:
- Los proveedores de servicios de instalaciones eléctricas no tenían experiencia en instalaciones eléctricas hospitalarias, e ignoraron los requisitos de estas instalaciones eléctricas especiales en la ejecución de los proyectos.
- El encargado de las decisiones en el cuerpo directivo de la clínica desconocía las implicaciones de no cumplir las normas eléctricas para hospitales.
Si algunos de estos casos le suena, a continuación le citamos algunos ejemplos de lo que ocurre cuando cumple, y cuando no, las normas eléctricas para hospitales:
¿Por qué cumplir las normas eléctricas para hospitales?
En los procesos operativos de los hospitales se realizan una lista inagotable de actividades que dependen de equipos eléctricos, los cuales traen consigo muchas y diversas fuentes de riesgo eléctrico para personas e infraestructura.
En el desconocimiento e imposibilidad de controlar todos esos riesgos, el cumplimiento de las normas técnicas para hospitales es clave en la mitigación y control de riesgos de origen eléctrico, ya que los lineamientos que los componen son soluciones técnicas basadas en la experiencia.
No cumplir las normas lo expone a:
- Exponer al paciente a eventos adversos de carácter eléctrico, como quemaduras, complicación de su cuadro clínico e incluso la muerte.
El diagnóstico y tratamiento del paciente implica que el personal médico debe usar equipo eléctrico directamente sobre el cuerpo del paciente.
Hemos sido testigos de casos en los que una fuga de corriente de un equipo médico es capaz de causar daños, complicaciones e incluso la muerte del paciente:
- Una energización involuntaria de una sonda de un equipo de endoscopia digestiva, le produjo una quemadura en el tracto digestivo del paciente.
- El uso de un electrocauterio que perforó el párpado de un paciente, y su globo ocular, durante una blefaroplastia.
- Y el peor de los casos, pacientes que durante una cirugía o procedimiento invasivo han sufrido microshocks o macroshocks cardíacos sin explicaciones clínicas.
- Causar incapacidad temporal, permanente, o incluso la muerte al personal médico–
El personal médico administrativo está sujeto al uso de energía para realizar sus actividades. En una oportunidad nos consultaron porque una asistente en un consultorio, que desconectó un equipo de un tomacorriente y un arco eléctrico traspaso su mano, causandole fuertes quemaduras.
- En caso de falla en el suministro de energía, sea en un servicio médico o en todo el centro de salud, pone en riesgo el tratamiento efectivo del paciente e incluso su recuperación.
Sin energía eléctrica los procesos asistenciales simplemente se detienen:
- Un corte de energía en una clínica con el sistema de energía de emergencia fuera de norma, le produjo un largo período de indisponibilidad que ocasionó cirugías terminadas con iluminación improvisada, aplicación de protocolos de ventilación mecánica manual en pacientes en UCI, largas filas para exámenes de imágenes diagnósticas, personas atrapadas en el ascensor, muestras de laboratorio pérdidas, etc.
- Una falla en el sistema de suministro de energía de un servicio de hospitalización causó la reubicación forzosa de pacientes internadas en el área fuera de servicio.
- Riesgo de incendio por razones eléctricas, lo cual es un evento adverso mayor dada las condiciones de incapacidad física de movilidad propia de los pacientes.
Fuera de actividades que implican el uso directo de fuego, una falla por razones eléctricas tal como un cortocircuito o la sobrecarga de un circuito eléctrico, son las causas de incendio más comunes en edificaciones de cualquier tipo.
En el caso especial de los hospitales, donde hay concentración de oxígeno, y uso de gases inflamables, contener el riesgo es fundamental para la seguridad de todo el edificio. Si quiere saber de casos de incendio en hospitales, puede visitar las siguientes referencias:
Incendio de hospital en Rusia durante la emergencia COVID-19.
Incendio de hospital de campaña en Brasil durante la emergencia COVID-19.
Cumplir las normas eléctricas para hospitales le garantiza:
- Mitigar los riesgos de origen eléctrico para el paciente y personal médico – asistencial durante el uso de equipos eléctricos.
Las instalaciones eléctricas hospitalarias se diseñan bajo criterios de redundancia, y usan configuraciones especiales que impiden el paso de corriente involuntaria a través del paciente, tal como el sistema de puesta a tierra redundante y tableros de aislamiento en áreas críticas de cuidado del paciente.
- Garantizar el suministro de energía de forma permanente, necesario para los procesos operativos y asistenciales del centro de salud.
Las instalaciones eléctricas hospitalarias tienen una clara separación en la distribución de energía, con el fin de impedir que una falla en un sistema pueda causar la pérdida de suministro de energía al 100% del sistema.
- Garantizar las condiciones de seguridad en el transporte y uso de la electricidad, mitigando el riesgo de explosión e incendio de la infraestructura hospitalaria.
Las instalaciones eléctricas hospitalarias tienen bien definidos las áreas clasificadas dentro del centro de salud, donde los espacios con riesgo de incendio y explosión exigen condiciones eléctricas especiales.
- Proteger los equipos médicos de sus procesos críticos de daños en su electrónica, tales como daños de tarjetas y desprogramaciones
Los supresores de picos, DPS's, TVSS o el nombre técnico que le sea familiar son indispensables para proteger sus equipos médicos. Sin embargo, son elementos que sólo son de cumplimiento normativo obligatorio en sus áreas críticas de cuidado del paciente.
Si le es díficil implementarlos por ceñirse al estándar operativo de tener «mínimo lo indispensable», este requisito normativo le favorece al momento de la toma de decisiones de carácter operativo – financiero.
El tratamiento efectivo de los pacientes requiere de nuestro máximo esfuerzo, y el cumplimiento de las normas eléctrica para hospitales representa las condiciones mínimas indispensables para funcionar correctamente.