La infraestructura hospitalaria se caracteriza por requerir condiciones extraordinarias en materia de seguridad eléctrica, ya que la presencia de anestésicos inflamables y el contacto directo de equipos médicos a la piel, e incluso al músculo cardíaco del paciente, conlleva al incremento de la exposición al riesgo de accidentes de origen eléctrico. 

Saber qué hacer en caso de emergencia es fundamental para sobrellevarla con éxito: Del mismo modo que su personal conoce que hacer en caso de un sismo, o un incendio, el protocolo de acción en caso de falla energética es fundamental para garantizar la seguridad del paciente aún en condición de contingencia.

Tratándose del cuidado del paciente, es fundamental que cada servicio médico sepa identificar y cómo actuar en caso de que el suministro de energía falle, se alarme el sistema de potencia aislado de un área crítica, así como un área de algún servicio se quede sin energía.

¿Quiénes deben participar en el diseño de un protocolo de seguridad eléctrica?

Como parte del programa de seguridad del centro de salud, todos deben participar: personal médico, administrativo, de mantenimiento y seguridad.
Es importante el conocimiento de las condiciones de riesgo que hayan podido ocurrir, así como el reconocimiento de los roles de cada uno para el diseño coordinado de las maniobras.

Todas las maniobras, se ejecutan a la medida del centro de salud, sus servicios e infraestructura existente, por lo que la participación del factor humano es fundamental para el diseño de cualquier plan o protocolo de seguridad y emergencia.

¿Basta con tener expectativas de funcionamiento para diseñar el protocolo de seguridad eléctrica del paciente?

Para diseñar correctamente el protocolo es fundamental conocer cuáles son los riesgos a los que se expone, por lo que debe conocer cuales son las debilidades de su sistema, cómo se supone que debe funcionar y cuáles son los recursos disponibles dentro de su centro de salud para restablecer el servicio de atención al paciente.