El Ing. Javier Camacho es ingeniero biomédico, docente de la Universidad EIA, dedicado a la gestión de la tecnología biomédica, infraestructura hospitalaria y la legislación actual Colombiana para fomentar procesos de habilitación y acreditación en salud.
Con base en su experiencia lo invitamos a nuestra sección Retos de la Ingeniería Clínica, para conversar sobre los retos que propone el incremento vertiginoso de la necesidad de algunos equipos médicos en el marco de la emergencia por COVID-19.
A continuación, presentamos sus impresiones al respecto:
- La comercialización de equipos médicos pasa por un riguroso proceso de aprobación por parte del INVIMA. Sin embargo, la emergencia sanitaria ha puesto a todos manos a la obra en la fabricación de equipos esenciales para el tratamiento de los pacientes, como es el caso del ventilador mecánico. ¿Cuáles son los riesgos a los que se exponen los pacientes con el uso de estos dispositivos?
R/. Ningún país está preparado para enfrentar una pandemia de este estilo, para países desarrollados ha sido muy duro y quizás sean un reto mayor para países en desarrollo como Colombia. La compleja situación en la adquisición y dotación de las tecnologías y dispositivos necesarios para atender a los pacientes con COVID, ha obligado a países como Colombia a optar por la alternativa del desarrollo de su propia tecnología biomédica. Es una nueva realidad que ha movido a diferentes actores como las Universidades, empresa privada e instituciones como el INVIMA.
El desarrollo más interesante y de mayor impacto se ve reflejado en el proyecto de los ventiladores mecánicos, el cual es resultado del ingenio y capacidades de todos los actores involucrados, quienes en tiempo récord han puesto a disposición del sector salud esta solución, de la mano del INVIMA.
Si bien esta experiencia permitió desarrollar un producto vital y complejo, del cual no teníamos experiencia, arrastra consigo una serie de riesgos, que, si bien se han tenido en cuenta durante las fases de diseño y desarrollo para mitigarlos, su existencia es latente. Se puede hacer una lista grande de riesgos, desde la posibilidad de entregar un valor inadecuado de una magnitud, hasta la el riesgo de apagado, mal funcionamiento o posible desconfiguración del sistema, y todo esto puede redundar en daños en el paciente. Sin embargo, aquí el llamado en a sumarnos en ser positivos, y confiar que los sistemas van a ser estables, y que en sus diseños se han incorporado mecanismos que permitirán identificar de forma temprana posibles fallos, siendo esta la vía más rápida para mitigar y minimizar riesgos para los futuros pacientes.
- El personal asistencial esta familiarizado en el manejo y configuración de equipos comerciales. ¿Tiene alguna recomendación en la implementación de uso de estos equipos para el personal asistencial?
R/. Los diseños propuestos por estos nuevos ventiladores no son complejos de usar, y esto es bueno, por que muy seguramente para el personal asistencial va a ser muy fácil implementarlos en el entorno hospitalario. Además, el personal sanitario no estará solo, para la incorporación muy seguramente deberán estar los ingenieros biomédicos y tecnólogos biomédicos que realizarán la capacitación y entrenamiento adecuado. Es a través del apoyo de estos profesionales, que se podrá garantizar un uso seguro y adecuado de esta tecnología.
- Aparte de los ventiladores mecánicos, ¿qué otro equipo o dispositivo médico considera crucial en esta lucha contra el COVID-19?
R/. Son varios tipos de tecnología que deben trabajar de forma articulada para enfrentar el COVID-19, las cuales se pueden resumir en prevención, diagnóstico y tratamiento. Para cada una de estas fases, el listado es puede ser largo, pero podríamos resaltar los siguientes:
Para prevención, ya que no se cuenta aún con una vacuna, en este caso se abarcan tecnologías desde el jabón, el alcohol, los tapabocas en sus diferentes variedades para evitar el contagio en la población, además de los equipos de protección personal (caretas, tapabocas con filtro N95, guantes, batas entre otros) y las tecnologías de infraestructura hacen parte de la prevención.
El diagnóstico actualmente se realiza a través de pruebas en laboratorios especializados que cuentan con tecnologías PCR, una opción más rápida pero menos específica y sensible son las pruebas rápidas. Ambas con puntos a favor y en contra, pero que para países como Latinoamérica actualmente padecen de su escasez, tanto de los equipos como los reactivos.
Por último, para el tratamiento de un paciente de COVID-19 que se ha complicado y requiere atención en UCI, su entorno tecnológico comprende todas las tecnologías que hacen parte de la dotación habitual de una UCI. Esto es, además de los ventiladores mecánicos y los diferentes accesorios de ventilación, monitores de signos vitales, bombas de infusión, camas con colchones especiales entre otros.
- A los departamentos de ingeniería biomédica de las instituciones, ¿qué recomendación les daría para ser mas efectivos en la gestión de los equipos médicos durante la emergencia?
R/. La mejor recomendación es trabajar de forma ágil pero segura. Es importante conocer las experiencias que han vivido otras instituciones, especialmente aquellas que ya han superado este virus, y de estar forma buscar mecanismos para implementar eficientemente aquellas mejores prácticas. Es importante que toda la institución esté articulada y trabaje como equipo, los departamentos de ingeniería biomédica son indispensables para garantizar la continuidad de los servicios, así que deben adoptar estrategias ágiles de respuesta, priorizar las atenciones, contratar más recurso humano si es necesario, y ante todo, protegerse.
- El suministro de energía eléctrica es un factor crítico en la operación continua, segura y efectiva de los equipos médicos ¿cómo podemos los operadores de infraestructura eléctrica hospitalaria apoyar la gestión de equipos médicos?
Las demandas de energía se van a duplicar, por lo tanto, es indispensable garantizar un suministro ininterrumpido y de calidad en la energía eléctrica, tanto para las UCI que actualmente existen, como para aquellas nuevas áreas que se están creando. Sabemos que muchos hospitales están ampliando sus UCIs para soportar la demanda futura, así mismo, los gobiernos están creando UCI en zonas que no han sido creadas para esto, como coliseos y centros de eventos. Es allí, donde los operadores de infraestructura hospitalaria deben integrarse para apoyar y construir estos espacios que deben contar con la seguridad, la calidad y el soporte adecuado durante las 24 horas y el tiempo que dure esta pandemia.